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| Foto: Página/12. |
El miércoles 13 de diciembre más de 150 mil personas marcharon en Buenos Aires contra la Reforma Previsional. Gendarmería, Prefectura, la Policía Federal y el Ejército reprimieron duramente mientras la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Barrios de Pie, la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y el Frente Popular Darío Santillán (FPDS), entre otras organizaciones, se aprestaban a montar un acampe de vigilia a la sesión del jueves 14 en la Cámara de Diputados del Congreso de la Nación. Entre los heridos hubo manifestantes, periodistas, fotógrafos, representantes sindicales y diputados opositores. Las fuerzas de seguridad nacional atacaron con más vehemencia el día de la sesión, con camiones hidrantes, balas de goma y gases lacrimógenos, para dispersar la multitudinaria movilización convocada por las dos CTA (Autónoma y de los Trabajadores) y la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA), con motivo de la posible aprobación de la reforma. La marcha al Congreso contó con el acompañamiento de numerosas organizaciones, entre ellas, la Confederación General del Trabajo (CGT), que alertó sobre la posibilidad de un paro general. La sesión fue levantada y su tratamiento fue postergado para el próximo lunes 18.
Antecedentes
Luego de las elecciones legislativas, el 29 de noviembre se llevó a cabo el primer paro nacional contra las reformas. Las políticas de ajuste económico implementadas por el gobierno de Cambiemos continúan aumentando los focos de conflictividad social. Desde 2016, los tarifazos, el crecimiento de la inflación por sobre los techos pautados, las políticas destinadas a favorecer al sector privado y empresarial, y el aumento de la pobreza, ampliaron el descontento social. El paquete de reformas laboral, previsional e impositiva que el gobierno esperaba tener aprobado para fines de 2017 se retrasó producto de multitudinarias manifestaciones en todo el país.
Fuentes on-line
